"La función del empresario es reformar o revolucionar el modelo de producción explotando un invento o, más generalmente, un método tecnológico no probado de producir un nuevo producto o de producir uno antiguo de una nueva manera, abriendo una nueva fuente de suministro de materiales o una nueva salida para los productos, organizando una nueva industria".
Schumpeter
En la economía actual, que es una economía capitalista dinámica, el empresariado tiene un papel relevante. El espíritu empresarial crea y desarrolla diferentes aspectos en los países. Genera nuevas capacidades productivas, procesos y bienes; promueve la innovación y fomenta la creación de empleo, el crecimiento y el desarrollo (Solimano, 2014). El emprendimiento sólo puede hacerse gracias a personas con ideas que han sido aprovechadas para cumplir con una oportunidad que está en el mercado para generar valor y bienestar para la sociedad. Los empresarios emprenden actividades nuevas o existentes de manera más eficiente, provocando un impacto de cambio para ver lo que se necesita y lo que falta. Por lo tanto, se arriesgan a lograr su visión. Los empresarios buscan los recursos que se necesitan, se enfrentan a los obstáculos que se puedan presentar y asumen su responsabilidad. El papel que los empresarios tienen en la sociedad ha sido históricamente porque han tomado la delantera, han resuelto los problemas con sus habilidades y su voluntad de cambio han traído diferentes tipos de innovaciones económicas y sociales. El resultado directo de sus acciones se asocia como una empresa en el sector privado, pero el emprendimiento ha sido la fuerza motriz del desarrollo social, gubernamental y cultural a lo largo del tiempo (OIT & UNESCO, 2006).
La actividad empresarial tiene un impacto en la economía de la nación de diferentes maneras, en las que diferentes estudios confirman que existe una relación directa entre ambas. Según Cuervo y otros (2007 citado en Sánchez & Martínez, 2017), el impacto del emprendimiento se puede ver en diferentes formas, como la identificación y explotación de oportunidades de negocio, la creación de nuevas empresas y la renovación de las actuales para convertirlas en más dinámicas, y el progreso económico que se produce gracias a la innovación, la competitividad, la creación de empleo y la riqueza de la sociedad.
Los países desarrollan sus economías mediante el trabajo que realizan los empresarios. Apoyan y mejoran la economía del país y la vida de las personas generando más empleos, encontrando soluciones a los problemas de la sociedad con sus productos y servicios, desarrollando nuevas tecnologías que mejoran el rendimiento, la eficacia y la eficiencia, además de representar un intercambio de ideas a escala mundial. Las condiciones que apoyan a los empresarios para emprender, también apoyan a las economías como un entorno completo, en el que si se dan las condiciones adecuadas para el emprendimiento, los empresarios pueden producir mejores resultados (Ács, et al., 2018).
Para lograr mejoras en un ecosistema empresarial, las políticas gubernamentales deben centrarse y fijarse como objetivo generar empresas de alto crecimiento, pero para ello es necesario cultivar un ecosistema que responda a las necesidades de los empresarios ambiciosos (Mason & Brown, 2014). El entorno comercial de un país se establece gracias a los determinantes de la ecosistema emprendedor. Si el ecosistema es fuerte, entonces apoyará a las empresas, se reducirán las dificultades para los empresarios, se promoverá la creación de empleo, la transferencia de conocimientos podrá estar al alcance de sus actores y se estimulará el crecimiento para el éxito de las empresas. Por otra parte, si es débil, entonces los riesgos para iniciar un negocio aumentan, la formalidad de los empleos se vería amenazada, y el gobierno verá una limitación en la recaudación de impuestos, lo que como consecuencia frenará el potencial de crecimiento de la economía. (Observatorio Nacional del Emprendedor, 2015)
El enfoque del desarrollo del ecosistema empresarial debería dirigir sus esfuerzos a individualizar las obras de mejora de acuerdo con sus activos empresariales regionales. La adaptación y la colaboración en el apoyo a las empresas es necesaria para fomentar los vínculos empresariales que se requieren entre las grandes empresas, las instituciones de financiación y las organizaciones dentro de los ecosistemas. Las empresas que participan en el desarrollo del ecosistema con más éxito son las que tienen sede local, en comparación con otras grandes empresas que pueden ser multinacionales establecidas en un lugar. El compromiso de los gerentes y accionistas de la empresa será más fuerte para contribuir localmente que esos altos directivos (Mason & Brown, 2014).
Los actores más activos dentro de los ecosistemas empresariales se dedicarán a diferentes actividades. Algunas de sus tareas son formar parte de grupos que inician un nuevo negocio, invertir y asesorar en nuevos emprendimientos, asesorar a otros empresarios y transferir conocimientos mediante la enseñanza en el conjunto proceso empresarial. Así como la compra de los bienes o servicios que ofrecen las nuevas empresas, la prestación de servicios jurídicos, contables o de marketing a los nuevos empresarios y el trabajo en una gran empresa en sus actividades de innovación (Auerswald, 2015).
Stam y Spigel (2016) subrayan que los ecosistemas empresariales deben ser conscientes del entorno local para fomentarlo. Los principios clave que se mencionan son que es necesario dejar de intentar ser el Silicon Valley; el ecosistema debe moldearse en base a cuáles son las condiciones locales; el sector privado debe participar desde el principio; los nuevos emprendimientos deben crear sus cimientos adecuadamente. Además, las agrupaciones no deben estar sobredimensionadas y deben crecer orgánicamente; la ambición de los empresarios debe aumentar; las empresas de alto crecimiento deben moverse en un entorno favorable; la mentalidad debe ser sacudida hacia cultura empresarial; y para mejorar las condiciones de los negocios debería haber reformas legales, burocráticas y regulatorias.
Los ecosistemas empresariales crean un conjunto de empleados que se desempeñan en diferentes sectores y tienen diferentes conocimientos especializados. En los ecosistemas empresariales desarrollados se pueden encontrar diferentes perfiles de empleados que van desde los trabajadores técnicos hasta los orientados a los negocios. Las universidades son la piedra angular para desarrollar nuevos talentos que pueden ser utilizados tanto para trabajar en nuevas empresas como para empezar a desarrollar nuevos negocios. Además, es fundamental mejorar el capital financiero, y esto se puede hacer con una comunidad de apoyo formada por ángeles empresariales, inversores semilla, capitalistas de riesgo, que facilitan el acceso a la financiación más que en los entornos tradicionales. Pero para tener un ecosistema empresarial exitoso y mejorado, es necesario contar con empresarios que sean líderes fuertes y que se comprometan a convertir su región en un lugar mejor para que puedan iniciar y hacer crecer sus empresas. Un ecosistema empresarial mejorado debe contar con mentores y asesores que trabajen en pro del intercambio de sus conocimientos, así como con la participación integrada de aceleradores e incubadoras que impulsen el espíritu empresarial. Las necesidades de los empresarios también pueden verse en la búsqueda de servicios profesionales, por lo que en los ecosistemas empresariales se facilitan estas especializaciones por parte de actores profesionales que también forman parte del entorno. La cooperación entre las grandes empresas y las empresas de alto crecimiento, más el apoyo gubernamental, permite comprender cómo las empresas de nueva creación generan crecimiento económico. Si la comunidad tiene una buena conexión entre ellos, entonces será óptimo mantener el compromiso entre ellos, especialmente si todos están dispuestos a ceder a cambio del ecosistema (Stam & Spigel, 2016).
El apoyo a la iniciativa empresarial en el ecosistema integra una amplia variedad de servicios disponibles para los empresarios y los hombres de negocios. Los entornos empresariales están cambiando debido a los avances tecnológicos. Esto ha traído la oportunidad de que los negocios crezcan. Las nuevas tecnologías complejas han hecho que las empresas requieran nuevos servicios de apoyo en los que no están especializadas. Los servicios de apoyo mejoran el ecosistema aportando diferentes soluciones. Algunas de estas soluciones son la facilidad de acceso a los mercados, el mejoramiento de los recursos de bajo costo y alta calidad, la introducción de nuevas tecnologías y productos, el aumento de la capacidad técnica y de gestión, la disminución de las restricciones de las políticas públicas y el apoyo a métodos de financiación adecuados (Observatorio Nacional del Emprendedor, 2015).
Hay diferentes líneas de acción que contribuyen a mejorar el ecosistema empresarial, como los avances en la educación, la asistencia técnica, las redes y la financiación (Kantis, et al., 2014). Las aptitudes empresariales pueden desarrollarse a través de la educación. Las aptitudes necesarias para los empresarios deben comenzar a una edad temprana de los individuos, de modo que se reduzcan las desventajas que el sistema educativo de una nación pueda acarrear al comienzo de la carrera de un empresario. En el ámbito universitario, en las instituciones públicas, se necesitan reformas gubernamentales para promover los cambios necesarios para crear programas que se planifiquen hacia el desarrollo de nuevos empresarios (Kantis, et al., 2014).
Las plataformas institucionales pueden ser una base para apoyar nuevos proyectos empresariales. Algunos empresarios podrían tener acceso a mejores recursos que otros, por lo que las plataformas técnicas públicas podrían subir el listón y equilibrar las reglas del juego para los que no pueden hacerlo. De esta manera, los empresarios que pudieran tener desventajas frente a sus competidores, podrían ver ahora una compensación (Kantis, et al., 2014). Otro aspecto importante para nutrir el ecosistema, y que es clave para seguir fomentando su desarrollo empresarial, es a través de las redes. Los empresarios deben crear redes que les permitan establecer contactos a nivel mundial y crear relaciones más estrechas con otros propietarios de empresas y con los gerentes de las grandes empresas. De esta manera pueden crear empresas nuevas y dinámicas (Kantis, et al., 2014). El acceso a los recursos financieros es una de las limitaciones a las que se enfrentan los empresarios en las primeras etapas. Cuando los ecosistemas empresariales mejoran sus métodos de financiación, entonces se dan las oportunidades para crear nuevas empresas y hacerlas crecer. El ecosistema empresarial que facilita la conexión de la financiación con quien la necesita, muestra un mejor flujo de los mecanismos financieros a financiar (Kantis, et al., 2014). La intervención gubernamental en el ecosistema empresarial debe ser como moderador y no propiamente como participante activo. El empleo público puede tener un resultado positivo o negativo en los empresarios. Cuando se aumenta el número de empleados públicos, a la larga esos empleados apoyan que se proporcionen los bienes públicos, que la coordinación ayude a reducir los fracasos, que el mercado se desarrolle en condiciones justas en las que se promueva la competitividad de los mercados. El aumento del empleo público puede considerarse un promotor de la formalidad entre los empresarios, si se simplifican las condiciones de los procedimientos de registro. Por otra parte, cuando hay impuestos elevados para cubrir la nómina del empleo público, entonces las nuevas empresas se verían obligadas a operar en el sector informal (Anchorena & Ronconi, 2014)
Anchorena, J. & Ronconi, L., 2014. El espíritu empresarial, los valores empresariales y la política pública en la Argentina. Dentro: El espíritu empresarial en América Latina. Washington: Banco Interamericano de Desarrollo.
Auerswald, P., 2015. Habilitando Ecosistemas Empresariales. s.l.: Fundación Kauffman.
OIT & UNESCO, 2006. Hacia una cultura empresarial para el siglo XXI, s.l.: Organización Internacional del Trabajo y Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.
Kantis, H., Federico, J. & Trajtenberg, L., 2014. Empresarios de clase media y sus empresas: Una visión regional y una comparación internacional. Dentro: El espíritu empresarial en América Latina. Washington: Banco Interamericano de Desarrollo.
Mason, P. C. & Brown, D. R., 2014. Ecosistemas Empresariales y Espíritu Empresarial Orientado al Crecimiento. El programa LEED de la OCDE y el Ministerio de Asuntos Económicos de los Países Bajos.
Observatorio Nacional del Emprendedor, 2015. Construcción, generación, y análisis de indicadores para medir el estado y la evolución del ecosistema emprendedor.. s.l.:INADEM.
Pahuja, Dr. Anurag. (2015). Introducción al espíritu empresarial.
Sánchez, M. & Martínez, P., 2017. Metodología para la Creación de Empresas Basadas en Investigación y Desarrollo Tecnológico, México: Instituto Nacional del Emprendedor.
Stam, E. & Spigel, B., 2016. Ecosistemas Empresariales, s.l.: Escuela de Economía de Utrecht.